La variedad propia de los olivos milenarios es la Farga, esto se explica por el hecho de que esta es la más antigua de las variedades cultivadas en nuestras tierras.
Actualmente, los agricultores han abandonado su cultivo y resulta muy difícil encontrar ejemplares de esta variedad que no sean centenarios. Esto se debe a que el olivo por mutación espontánea ha generado otras variedades (como la Sevillenca, el Morruda,…), que los agricultores han valorado como mejores que la Farga y que actualmente forman el grueso de la olivicultura en las Tierras del Ebro.
Esta variedad es característica de las comarcas más meridionales de Cataluña y de las del norte del País Valenciano. Es una variedad muy vigorosa y de maduración temprana. El fruto, presenta una elevada resistencia al desprendimiento.
Esta es la variedad de los olivos más antiguos de toda la Península Ibérica, un verdadero patrimonio natural.
el Vilar Mil•lenari, se ha obtenido con aceitunas de producción propia, siguiendo las pautas del cultivo tradicional.
En la obtención de este aceite sólo se han empleado procesos mecánicos de extracción en frío.
El fruto se ha cosechado a finales de noviembre, con un grado de maduración muy bajo. Este momento coincide con el punto de máxima riqueza organoléptica.
A nivel sensorial, corresponde el siguiente perfil: afrutado medio-alto con connotaciones claramente verdes (césped cortado y toques de plátano verde o nueces verdes, tomate y alcachofa), con tendencia a dar aceites con un gran equilibrio entre dulce, amargo y picante, y con una astringencia final ligera. Es un aceite varietal que destaca por su extraordinaria capacidad de conservación.